La ciudad de El Trébol comenzó la puesta en valor del Teatro Cervantes, una verdadera joya arquitectónica y uno de los patrimonios culturales más importantes de la localidad.
El edificio comenzó a construirse en 1901 por la Sociedad Española. En la década del 40 pasó a manos del Club A. Trebolense, que lo utilizó durante cinco décadas para reuniones sociales, eventos e incluso actividades deportivas. Sobre su escenario se leen las siglas “TC”, que podían significar tanto “Teatro Cervantes” como “Club Trebolense”, una casualidad que le vino muy bien a la institución deportiva.
Durante ese período llegó a jugarse al vóley en la nave central, con los palcos funcionando como tribunas.
Cuando se salvó de la demolición
En los 80, Trebolense vendió el predio contiguo, conocido como “Pista Jardín”, a un consorcio, con el fin de levantar un edificio. En los 90 el teatro estuvo a punto de correr la misma suerte. Esa reliquia arquitectónica iba a ser demolida para levantar otro inmueble de varios pisos. Sin embargo, el entonces intendente Ángel Mateo Rossi, tras un pedido del entonces secretario de Cultura, «Opo» De Lorenzi, llegó a un acuerdo con el club y adquirió el edificio para el Municipio, asegurando así su preservación.
Hoy, más de 30 años después, la Municipalidad de El Trébol inició trabajos de refacción en el piso de pinotea del teatro, que se conserva en perfecto estado. Las tareas actuales se concentran en la nave central, con la colocación de nuevos pilotes de material para reforzar la estructura. Luego, las obras avanzarán hacia los palcos laterales, donde se reemplazarán los tirantes para garantizar su estabilidad.
Con capacidad para 450 a 700 espectadores, el Cervantes continúa siendo un espacio clave para la cultura local.
“Se trabaja en la colocación de nuevos pilotes para apoyar el piso de pinotea, que está intacto y en óptimas condiciones. Los pilotes nuevos son de material y ayudarán a fortalecer el piso del teatro”, explicó el secretario de Obras Públicas, Francisco Bosio.
Por su parte, la intendente Natalia Sánchez destacó: “El Cervantes es el mayor patrimonio cultural de la ciudad y es necesario tenerlo en óptimas condiciones, con cuidado al detalle. Es un edificio con mucha historia y el orgullo de todos nosotros; estas obras son fundamentales para mantenerlo vivo”.
Fuente: El Litoral