La situación sanitaria se vuelve cada vez más compleja en la provincia de Santa Fe. La curva de contagios no detiene su marcha ascendente y el sistema de salud comienza a padecer las consecuencias de la pandemia. La ciudad de Rosario es, sin duda, la más golpeada por el Covid-19. Los reportes oficiales diarios dan muestra del complejo panorama. “Notamos desde el último mes que se empezaron a ocupar las camas críticas. En este momento están casi al 100% las de todos los sanatorios – púbicos y privados –, con lo cual la situación es muy difícil. Y hay que considerar también que faltan recursos humanos porque no alcanza el personal de la salud existente”, alertó en diálogo con Maldito Despertador – programa que se emite de lunes a viernes de 9 a 12 por Radio Cronos FM 107.1 – María de Guadalupe Calcaterra, médica ginecóloga y obstetra sastrense que reside en Rosario. Además, advirtió a toda la región: “Están a tiempo de prevenir, allá no saben lo que se vive todos los días acá”.
Radicada desde hace años en la Cuna de la Bandera, Calcaterra actualmente se desempeña como jefa de residentes en el Hospital Eva Perón y en el Sanatorio Británico – ambos de la ciudad de Rosario – y en el Sanatorio Delta de la localidad bonaerense de Campana. Su voz es más que autorizada ante el crítico momento sanitario. “Hace 6 meses que estoy expuesta al virus, y por suerte no me contagie. Pero sé que en algún momento me va a tocar”, explica con algo de resignación.
La situación actual de Rosario y la provincia Fe se agrava día a día. A decir verdad, la bota santafesina fue la primera en todo el país, después de Buenos Aires, en superar los 1.000 contagios diarios. “El hospital modular – lindero al Eva Perón – tiene 80 camas críticas con respiradores. Pero la realidad es que están habilitadas 20 porque no hay personal de salud. Para poner en funcionamiento un centro como ese, además de lo edilicio, se necesita gente capacitada. Tengamos en cuenta que se requieren camilleros, enfermeros, personas administrativas. No es solamente el recurso de médicos. Estamos viendo que por más que se hayan instalado grandes núcleos para fortalecer a los existentes, no alcanza”, destacó.
La falta de profesionales idóneos se siente de tal forma que, según explicó Calcaterra, comenzaron a redistribuirse especialistas. Por eso solicitan que médicos, independientemente de su formación específica en las ramas de la medicina, comiencen a trabajar en los centros Covid. “Si bien somos médicos, no todos estamos capacitados para atender a pacientes con dichas patologías. Hay cirujanos, por ejemplo, que tienen que asistir a esos lugares laborales. Eso implica que, de alguna manera, desatendamos nuestro rubro. Esto es por la falta de profesionales”, sostuvo Calcaterra.
Asimismo, la obstetra advirtió que, si la situación sanitaria no cambia rápidamente, “vamos a ver lo peor”. Por eso reconoció que si bien la extensa cuarentena planteada por Nación desde el mes de marzo es imposible de sostener por el impacto económico, permitió disminuir los niveles iniciales de contagio. “Como personal de la salud estábamos esperando que no se colapsen las camas, que es lo que estamos empezando a observar que puede pasar. Hoy sucede que no podes tener un accidente o un infarto porque no hay camas para otra patología”.
Una advertencia para el departamento
El departamento San Martín no ha quedado ajeno a la realidad. Desde hace dos semanas, cuando se registró el primer caso en la región – fue el viernes 28 de agosto en El Trébol – la curva de contagio ya superó los 50 positivos de Covid-19. “Hay pocos casos en la zona. Incluso lugares donde no hay ninguno todavía. Por eso hay que prevenir. Están alejados de los focos principales de la pandemia, y eso es una ventaja. No hay que esperar que haya un positivo en Sastre para comenzar con las medidas de control, porque cuando eso suceda va a ser complicada la situación”, sentenció Calcaterra.
En tanto, y siguiendo la misma sintonía, la médica alertó sobre la capacidad real en la región para recibir pacientes de gravedad. “No es una cuestión de querer asustar a la población, pero sí de hacer énfasis en las formas de disminución de probabilidad de contagio. Está demostrado que hay que usar tapabocas, mantener el distanciamiento e higienizarse”.